Comparados con América Latina, derrochamos agua y electricidad
Por: Luis Alberto Matos
“El agua es el principio de todas las cosas.”
Tales de Mileto

Un medio impreso local publicó, casi en tono quejumbroso, que “el problema de electricidad aún no es capitalizado por la oposición, a pesar de lo favorable de la situación donde las medidas han creado un descontento general”; e insta a los líderes opositores a “reconstruir el discurso para incrementar así la fuerza política con este insumo”.

¿Será ése el mejor párrafo para iniciar nuestros TEMAS en el 2010? ¿No habrá otra forma mejor, por ejemplo, escribiendo en mayúsculas FELIZ AÑO?. Posiblemente sí. Pero me temo que los próximos meses leeremos y oiremos cosas similares, y hasta peores. ¿Razones? ¡Las de siempre! El crudo está sobre $ 70 el barril y seguro que subirá tanto el precio como la demanda. Ya habrá tiempo y espacio para los hidrocarburos. Hoy la energía eléctrica nos reclama atención y estudio.

Empecemos por un “mea culpa” en plural. Pero es que a veces leemos y oímos, hasta con ritmo de sabrosa gaita, cantos y elogios a “la calor”, por quienes vocean a su sol y a su temperatura.

Parecería que hasta hace poco, y no sólo en esa cariñosa región zuliana, la gente realmente disfrutaba su clima. Hoy, un alto porcentaje vive a temperaturas similares a los páramos merideños.

No sugerimos regresar a cuando jugábamos pelota a 37 grados al sol; pero tener hogares y oficinas bajo 18 grados, en el trópico, y en ocasiones hasta sentir calor, salvo enfermedad real comprobada, es, minimo, totalmente antinatural.

Per cápita

Aseguran las estadísticas internacionales que Venezuela es el país latinoamericano con mayor consumo de electricidad y agua por habitante.
En promedio, cada uno de nosotros utilizó 4.126 kilowatios en el año 2008. Esa elevada cifra es 30% mayor que la correspondiente a Argentina, 70% más que Brasil, superior al triple que Ecuador y Colombia, y casi el doble de la suma de estas dos naciones.

Pero aún hay más: desde entonces, nuestro consumo ha aumentado a un ritmo superior al 7% anual. ¿Somos un país en desarrollo y por tanto en crecimiento? ¡Seguro!. Pero ¿ese incremento equivale a aumento de producción? ¿o es sólo consumo, y hasta satisfación de necesidades creadas?.

Y en cuanto al agua, los números también indican derroche. Los 250 litros diarios por persona, que las estadísticas indican y los portales autorizados consideran normal en nuestro país, es una cifra que duplica a la de más de la mitad de los países del mundo.

De paso, no le estoy pidiendo a nadie que no se bañe, ni mucho menos que cocine al seco. Pero, ¿es necesario lavar a chorro abierto la camionetota con la misma regularidad de hace un año?. Cuando riegas las matas ¿es obligatorio también que aproveches para lavar el balcón y quitar hasta la última pelusita? A propósito, las escaleras, especialmente las internas, no se ensucian tanto así como para llenar y llenar y volver a llenar los tobos.

Guri y el Caroní

Venezuela genera más de un 80% de la electricidad que utilizamos a partir de fuentes hidroeléctricas. Somos exportadores de hidrocarburos. No es que no los podamos usar para generar electricidad. Es que, si nos enorgullecemos de nuestros ríos de Guayana, y hasta del salto más alto del globo terráqueo, debemos pensar en petróleo y gas para venderlo ahora y en el futuro.

Entre tanto, sigamos con el 70% de la electricidad en base al Guri.
Por supuesto que necesita mantenimiento. Más aún, hay que meterle la lupa directa a las desforestaciones de las cabeceras por mineros de toda índole. Pero tenemos siglos de experiencia en eso. Siempre hemos sido un país de riquezas materiales, proveedor de materia prima barata, y sabemos bien como manejar esos “detalles”.

El Niño

Alguien escribió por allí que “el cuento de El Niño no se lo cree todo el mundo”. Posiblemente no ha preguntado en otras latitudes.
En Perú y en Ecuador, le contarían como esa circulación anormal de masas de agua en el Pacífico cambiaron radicalmente la temperatura del océno, especialmente en las costas, ocasionando torrenciales inundaciones y drástica disminución de la pesca, cuando los cardúmenes buscaron aguas con temperaturas adecuadas más al Sur, nadando en vía opuesta a la Corriente de Humboldt.

En Venezuela no sólo afecta a la generación de electricidad. También sufre el correcto regadío de las siembras, especialmente cereales, en este país de elevado y constante crecimiento poblacional.
Huso y uso

Otros señalan que “regresar al huso anterior ahorraría energía”, sin pensar en sus efectos nocivos sobre el sueño humano. La disminución, si es que la hubiera, sería mínima.

Lo que sí es necesario y urgente es tomar conciencia sobre el uso del agua y la electricidad.

Hace ya 50 años oímos hablar entonces del “Proyecto de El Caroní”. Desde entonces nuestra población se multiplicó por diez, pero el uso de la energía por muchísimo más. ¡La más barata del mundo! (gasolina incluida).
jaquematos@cantv.net