8 de marzo del 2010
Sin caer en repeticiones, nunca esta demás volver sobre ellas
Por: Carlos Lucero
Prensa YVKE Mundial
Cuantas cosas se han dicho y escrito sobre la mujer. Resulta inevitable correr el riesgo de caer en insufribles lugares comunes, que desalientan todo intento de lectura. Con la obligación de desconectarnos de toda referencia anterior , vamos a mirar a la mujer, como si fuera la primera vez que vemos una. Lo cual es muy difícil, porque mami fue, y siempre será, la primera .Dígalo ahí compadre.
Y sino, por qué será que cuando nos gusta una mujer, lo primero que se nos ocurre, es gritarle: ¡Ay, mamacita!
Pero la cosa es seria. La mujer es el instrumento que la naturaleza seleccionó como lo más apto y adecuado para asegurar la conservación de esta especie humana, que logro instalarse, por ahora y definitivamente, en este planeta. (En adelante ya veremos donde vamos , porque si esto sigue así….)
¿Un mundo sin mujeres?
Donde fuéramos, nada podríamos hacer sin la mujer. A nadie se le ocurriría, por ejemplo, emprender una expedición interestelar de 20 años luz, sin mujeres. Nos moriríamos de aburrimiento. Que pasaría, si al llegar a otras galaxias, el capitán cae en cuenta del pequeño olvido. Ay mi amigo, a montarse nuevamente en la bicha impulsada por partículas cuánticas y partir en su búsqueda, esquivando soles, rodeando novas y supernovas. Tomamos el atajo de Andrómeda y a llegar de nuevo a la Tierra, las encontraríamos, ofendidas, respondiendo con refunfuños. Y nosotros arrepentidos, dándole con los pedidos de perdón, echándole la culpa a la burocracia interestelar y ellas nada. Que ellas no se mueven de ahí, que vaya a saber adonde estuvimos y haciendo vaya a saber qué cosa. Y que cómo son las marcianas. Pero al final volverían, para nuestra suerte, a nuestro lado, para acompañarnos en la aventura de poblar nuevos mundos.
Salvo en la cosmogonías occidentales, la mujer es la primera en ser creada, la elegida, la poderosa, la madre omnipotente y protectora. Los pueblos han sido sabios en saber distinguir sus facultades, tan diferentes, por suerte, a la de los hombres. En ellas se conjuga todo lo que se necesita para que la existencia sea completa y digna de disfrutarse. Ellas concentran la belleza, unida a la infinita capacidad de ternura. Si no, mire sus rostros cuando cargan un niño en sus brazos. El rosario de virtudes femeninas es tan extenso, que lo vamos a dejar para desarrollarlo durante el año, ahora miremos hacia acá, bien cerquita.
Las compañeras de todos los días
Las mujeres más próximas, en este proyecto bolivariano, son las del acá y del ahora, de todos los días. Hugo Chávez tuvo la suficiente sensibilidad de captar la fuerza generadora que significan nuestras compañeras. Y no lo ha disimulado, (no sabe hacerlo). Simplemente él va mas allá de quienes sostienen que hombres y mujeres somos iguales. El afirma, que ellas son superiores. Pienso que el tipo no esta errado. Si solo tenemos en cuenta, que ellas, todo lo hacen igual o mejor que nosotros. Salvo que ellas, no lo divulgan.
¿Se puso a pensar en eso camarada ? Tan solo por eso, merecen toda nuestra consideración, respeto y sobre todo amor.
En fin, simplemente las amamos mujeres, hoy, y mañana también.
¡Feliz sean todos los días!
Carlos Lucero