AUTODIDACTISMO Y ESPÍRITU
Por:José A. Rangel A.
Compañero que lees esto o has oído este canto, qué puede haber en el corazón tan poderoso, que puede suplir el bastimento para la lucha. En el corazón está el espíritu humano. No el espíritu abstracto e incomprensible. El espíritu hecho carne en nuestra voluntad, nuestra inteligencia, nuestro carácter, nuestro amor, nuestros impulsos todos puestos al servicio del prójimo.
Si un fusil es un arma, también un arma son los conocimientos al igual que nuestras experiencias. Pero de qué vale un fusil y unos conocimientos si quien los empuña no es el corazón. Ambos son medios y herramientas entre la realidad que nos rodea y nuestro espíritu. Cuando nuestro espíritu está dedicado al beneficio de otros, de nuestro pueblo, el espíritu se hace carne, es espíritu revolucionario. Así fue Jesús, Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora, el Che Guevara y así somos nosotros, los revolucionarios.
Materia y espíritu son reales. Las injusticias, la delincuencia, la corrupción, es una realidad de nuestra sociedad que debemos transformar, utilizando las herramientas a nuestro alcance para que nuestro espíritu las use. El espíritu también es real y objetivo. Lo que se ve es palpable, el espíritu no se puede ver a simple vista como vemos el fusil, los conocimientos o la delincuencia. Pero si no se puede ver, no significa que no existe. El arrojo, la valentía, la moral existen, son reales, pero no lo ves como veríamos a un perro, a un árbol. Por eso se dice que por su fruto lo conoceréis, porque el espíritu, sus impulsos inteligencia, carácter no se ven sino a través de los resultados de su accionar.
Estas cualidades del espíritu, del corazón son las características del nuevo concepto del autodidactismo. En el autodidactismo el espíritu de cada uno de nosotros se enseña a sí mismo, a cada instante, estés en la escuela, liceo, universidad, en el trabajo, en la calle, en la casa, tratando de hacer la revolución, hablando con tu hijo o hija y cuando estás solo con tus meditaciones. Auto-obsérvense, auto-estúdiense y verán a su espíritu actuar. Esto no es metafísico, es conocer en persona nuestra conciencia, es usar la conciencia por uno mismo de manera despierta. Además esto pertenece a la parte axiológica del marxismo-leninismo.
La dialéctica humana está en la unidad y contradicción espíritu-materia. Que a la final son la misma cosa, porque el espíritu es la materia altamente evolucionada. De su combinación, de su separación aparente en las formas, de su contradicción externa y no interna, nace la evolución y la revolución de la sociedad con sus fines. De aquí que el socialismo trate de orientar los fines de la sociedad para bienestar de su integrantes. Como decía Bolívar, la suma de felicidad posible para los pueblos. El capitalismo es una deformación que con los siglos se ha hecho monstruoso y dañino. Valga decir, que es una deformación del espíritu humano por los caminos del egoísmo y de la ambición. El socialismo no sólo es una opción, sino la única salida de este atolladero histórico en que cayó la humanidad con el modo de vida capitalista.
Para combatir la deformación del espíritu del hombre y de la mujer, hay que ir a su fuente, en donde nace y una de estas armas para combatir el mal en el espíritu es la de implementar el uso de la autodidaxia real, científica, en los centros de enseñanzas, de trabajo, en los partidos políticos, en todo.
No podemos seguir creyendo que estemos trabajando el espíritu humano desde los conocimientos, haciendo más escuelas. Todo eso es muy útil y muy necesario, pero son sólo instrumentos. Si no tocamos el espíritu o al corazón humano para orientarlo, las escuelas y los conocimientos serán deformados por la mentalidad que ha creado el capitalismo en nosotros. Es necesario cambiar la “programación” respecto al uso de los conocimientos y de las escuelas. Debemos partir de los instrumentos hacia el ser humano. Por lo menos ver que la vía espíritu-materia, es una doble vía y no una sola, la ideo-céntrica, que es la que impera y es la visión burguesa de la educación.
De esta manera estaríamos comenzando, como dice el dicho, agarrando el sartén por el mango.
José A. Rangel A.
23 febrero 2010
jarach16@hotmail.com