La Casa Blanca asumiendo el rol de conducción programática del desplazamiento del chavismo en Venezuela, llama insistentemente a un golpe de Estado en Venezuela.
Han invocado a la propia Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) para que haga el trabajo «desde adentro», en un conjunto de llamamientos que vienen desde el más alto nivel presidencial, con Donald Trump, y de ahí en cascada a un conjunto de funcionarios del ejecutivo y el congreso estadounidense de manera acompasada.
Estos eventos podrían considerarse inéditos en el devenir de la política del continente si entendemos que reproducen con las particularidades de nuestro tiempo, los llamados a golpes de Estado e intervenciones en la región a la vieja usanza.
Desde el ascenso de Trump, Washington ha instrumentado una narrativa muy agresiva en la que ha sostenido la posibilidad bastante seria de intervenir militarmente en Venezuela para capturar el poder político.
Análisis desde diversas direcciones sugieren que Washington está empleando una posición de fuerza progresiva y muy agresiva en simultáneo en diversos frentes, especialmente con la asfixia económica contra Venezuela. No obstante, no hay claridad sobre todos los elementos en la mesa con los que inicialmente la Casa Blanca ha instrumentalizado la posibilidad de intervenir militarmente.
John Bolton, Mike Pompeo, Mike Pence y Marco Rubio, todos en primera línea, han desarrollado la narrativa de que la FANB está llamada a dar un golpe al presidente Nicolás Maduro, por lo cual «cuentan con el respaldo» y también con «la amnistía» de Washington por esas acciones que en teoría «devolverían a Venezuela al orden democrático».
En tales afirmaciones queda expuesto con claridad que Washington delegó en los militares venezolanos una posición de fuerza que la Casa Blanca no ha instrumentalizado aún, por diversas reacciones y contrapesos en la política interna estadounidense y de la región, que de manera abierta rechazan la posibilidad militar contra Venezuela por las repercusiones que ello tendría dentro y fuera de la nación petrolera.
La posibilidad de intervención por vías regulares o mercenarizadas en Venezuela, queda en entredicho, por ahora, exhibiendo consigo el hecho de que al emprenderse esta nueva etapa de golpe, Washington confiaba que se produciría una desbandada de los militares venezolanos mediante el motín, la conmoción y la deposición de Maduro.
Las narrativas y llamados a los militares venezolanos, evolucionaron desde la intimidación, luego a la solicitud y ahora adquieren tonalidad de súplica, toda vez que el tejido institucional político y militar del gobierno venezolano se ha mostrado cohesionado.
“Todos los ojos del mundo están sobre usted hoy. Dirija a los militares venezolanos, bajo su responsabilidad» escribió John Bolton https://t.co/y5dqMvjEPL— 24 HORAS (@diario24horas) 7 de abril de 2019
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#Mundo | El senador estadounidense, Marco Rubio asegura que los militares venezolanos deben proteger al presidente Juan Guaidó https://t.co/p62ITYCvqr #4Abr pic.twitter.com/zyTrxAiB9j— La Prensa de Lara (@laprensalaraweb) 4 de abril de 2019
“Hagan la eleccion correcta. Acepten la propuesta de amnistía y de transición a la democracia”, mensaje del VP de EEUU Mike Pence a la FANB en intervención del #GrupoDeLima— Ibéyise Pacheco (@ibepacheco) 25 de febrero de 2019
Sec. de Estado de EEUU, Mike Pompeo, desde la OEA: El régimen de Maduro es ilegítimo, corrupto y no democrático. Repito el régimen del expresidente Maduro es ilegítimo, por eso exhortamos a la FANB que asuma la protección de @jguaido. Video cortesía @vivoplaynet #ElToqueDeDiana pic.twitter.com/kCnrLWc840— El Toque de Diana (@elToquedeDiana) 24 de enero de 2019
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