En una entrevista exclusiva a Sputnik, el vice primer ministro ruso, Dmitri Rogozin, abordó el siempre presente tema de las sanciones antirrusas, las aspiraciones europeas de Serbia y las peculiaridades del balance estratégico amenazado por EEUU, entre otros asuntos.
Montenegro en la OTAN
Respecto a la controvertida decisión de Montenegro de entrar en la Alianza Atlántica, el vice primer ministro ruso comparó la situación con el caso ruso-ucraniano:
Así, según el funcionario, las actuales élites ucranianas utilizan el pretexto del conflicto, del cual culpan a Rusia, para mantenerse en el poder y justificar los fracasos de su gestión.
Serbia y la UE
Es importante que el país balcánico «tenga buenas relaciones con la UE», pero para tenerlas no es necesario ser integrante del bloque, opina el interlocutor de Sputnik.
También, si ahora ya surgen propuestas de integrar a todos los países balcánicos ‘en masa’, como los del Báltico, «pues, parece que las cosas van mal [en la UE] y que están interesados en que más gente entre» para solucionar sus problemas, estimó.
No obstante, en cualquier caso «Rusia y Serbia estarán cercanos», aseguró el político.
Los S-400 para Turquía y los Mistral franceses
Rogozin comentó los planes de suministrar sistemas antiaéreos rusos S-400 a Turquía —país-miembro de la OTAN—.
La historia con los portahelicópteros Mistral, calificados en su época como un gran ejemplo de cooperación entre Rusia y un miembro de la OTAN, «fue más bien un acto de amistad que una necesidad crucial».
«Pedimos estos portahelicópteros para fomentar los lazos con Francia. No nos convenían mucho por no estar adaptados para las temperaturas bajas de nuestros mares fríos, son portahelicópteros tipo ‘bikini’. Y luego rechazan suministrarlos por algunos temores y restricciones», explicó el funcionario.
Tras la devolución por parte de Francia del pago avanzado, Rusia autorizó la reventa de los buques a Egipto, a quien también vendió el lote de los helicópteros navales diseñados para los Mistral. «Cobramos en este negocio más de lo que gastamos», notó.
La ‘carrera’ de los sistemas antiaéreos entre Rusia y EEUU
Así, Moscú invierte «recursos considerables» en la creación de la defensa antiaérea y antimisiles de múltiples niveles, incluido el espacial, «pero lo hace en su propio territorio».
EEUU, a su vez, despliega sus sistemas de defensa antimisiles en el extranjero.
Con el despliegue de la infraestructura antimisiles se busca reducir el potencial de respuesta rusa y, por consecuente, «limitar la soberanía rusa garantizada por este potencial estratégico», prosiguió.
Así, todos los países que albergan la infraestructura estadounidense «serán el blanco en caso de un conflicto».
En este sentido, el uso de las armas modernas rusas en Siria contra los terroristas es una franca demostración de «con qué exactamente pretendemos hacerlo en caso de necesidad», subrayó Rogozin, destacando las capacidades de atacar desde los bombarderos, buques de guerra y submarinos.