Fríamente, como quien no tiene sangre en las venas, el encuestólogo Luis Vicente León propinó senda patada voladora al oposicionismo agrupado en la MUD que aún cree que dirige algo.
Entrevistado en Globovisión, le recomendó evitar “confictos de calle”.
El consejo, lejos de constituir una medida cívica, responde a una conclusión tétrica para el bando que paga a su empresa Datanálisis: ¡No tiene organización!
No contento con tan ácido gancho al hígado del ultraderechismo traidor, reiteró su “sugerencia” revestida de asesoría tratando de que lo entiendan: “Si tú te vas a la calle y te vas a un evento de radicalización para sacar a un gobierno, lo más probable es que pierdas”.
“¿Te quedó claro?”, faltó preguntarle.

Buen hijo de la Cuarta República

Olvidando la máxima según la cual “calladito te ves más bonito”, León incurrió en un “pequeño” desliz: aseveró que “la oposición no tiene armas”, “olvidando” que la mayoría de los 43 muertos dejados por las guarimbas fueron víctimas de armas de fuego accionadas no precisamente por Madres de la Caridad, y obviando -asimismo- que no fueron de goma los proyectiles con los que bandas paramilitares han asesinados a cuadros altos y medios de la Revolución Bolivariana.

Redondeando esta fase de desaciertos durante la entrevista, opinó que en lugar de dialogar, el Gobierno y quienes se le oponen lo que deben hacer es negociar.
Luis Vicente León es, sin lugar a dudas, un gran hijo de la Cuarta República en la que los actores políticos de entonces hacían del país un rompecabeza en búsqueda de las mejores piezas, irrespetando las normas y las reglas de juego.

A eso, él aún lo define como “el arte de la negociación”.