Beirut, 17 sep (PL) Hassan Nasrala, líder del poderoso Hizbola (Partido de Dios, en árabe), convocó para hoy a las 17:00 hora local (15:00 GMT) a masivas protestas contra la película sacrílega para el Islam en el suburbio sur de esta capital.

El mundo debe saber que «los musulmanes no permanecerán callados ante este insulto», dijo Nasarala en una alocución transmitida por la cadena televisiva Al Manar, propiedad del Partido de Dios.

En el suburbio meridional beirutino habita una mayoría absoluta de chiítas y colinda con una zona desfavorecida del este capitalino, poblado por creyentes católicos maronitas.

Las declaraciones del líder chiíta fueron difundidas tras la partida de El Líbano del papa Benedicto XVI, quien realizó una visita de dos días, durante la cual entregó el documento postsinodal de la reunión de obispos del Medio Oriente en 2010, ofreció una misa al aire libre y se reunió con personalidades políticas, religiosas y sociales.

El Sumo Pontífice católico llamó en varias ocasiones a la convivencia confesional y al respeto al derecho de las personas a sus creencias religiosas sin discriminaciones como la vía para lograr la paz en el Medio Oriente.

Poco después de su arribo, manifestantes airados atacaron un restaurante de una cadena estadounidense de comida chatarra en Beirut, con saldo de un muerto y varios heridos y detenidos.

La convocatoria del líder musulmán libanés es parte del maremoto intercontinental de ira contra la difusión en el ciberespacio de una película realizada en Estados Unidos con fondos de judíos norteamericanos, en la cual se denigra la memoria de Mahoma, el profeta del Islam.

Los disturbios comenzaron la noche del martes pasado frente a la Embajada de Estados Unidos en El Cairo, continuaron frente al consulado de ese país en la ciudad oriental libia de Bengasi y desde entonces se han extendido a varios Estados levantinos, del Africa subsahariana, Asia, Europa y a Australia.

Con el paso de las horas crece la relación de víctimas fatales de violentos choques entre manifestantes y la policía: solo anoche en la ciudad india de Uttar Pradech siete personas perdieron la vida, según reportes actualizados.

La víctima más notoria de la ola de indignación fue el embajador de Estados Unidos en Libia, Christopher Stevens, quien murió junto a tres funcionarios con estatuto diplomático, dos de los cuales eran miembros de un cuerpo militar de elite de la Marina estadounidense.

El gobierno libio anunció la víspera el arresto de medio centenar de sospechosos de los disturbios en Bengasi, en los cuales participaron miles de manifestantes.

Una unidad de infantes de la Marina y varias decenas de agentes del Buro Federal de Investigaciones estadounidenses llegaron a Trípoli para participar en pesquisas que conduzcan al arresto de los organizadores de las manifestaciones, demandado por el presidente Barack Obama.

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