Sigmund Freud fue un faquir del inconsciente
Por: Olga Sobolévskaya,
RIA Novosti.
Hace 155 años, el 6 de mayo de 1856, nació Sigmund Freud, hipnotizador de la subconsciencia y de los sueños, psicólogo, filósofo y fantaseador.
Logró hipnotizar a millones de personas con su elocuencia, legalizó deseos reprimidos y representó una nueva imagen del ser humano, que a los ojos de Freнd es un neurótico torturado por sus propios complejos y preocupado más por su cuerpo que por su alma.
Freud y su influencia
Es más o menos evidente la influencia de Freud sobre el arte, su libertad sexual y fantasías extravagantes. Esa influencia se manifiesta en obras de Pablo Picasso, Salvador Dali y Rene Magritte, Federico Fellini y James Joyce.
Pero es mucho más interesante analizar lo que dicen los científicos sobre Sigmund Freud.
Según Dmitri Leóntiev, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad Estatal de Moscú, las teorías de Freud dieron origen a por lo menos las tres cuartas partes de la psicología y psicoterapia moderna.
“Freud es uno de los hombres más valientes en la historia de la ciencia, capaz de luchar contra todas las normas establecidas. Muchas teorías aparecieron en debates acalorados suscitados entre Freud y otros científicos”, añadió Leóntiev.
El concepto de la “libido” descrito por Sigmund Freud pasó a explicar todo en la psicología humana. Sin embargo, la sexualidad descubierta por el padre del psicoanálisis es “una maldición con la que nadie sabe qué hacer”, cree Viacheslav Tsapkin, jefe de la cátedra de Psicoterapia de la Facultad de Psicológica de la Universidad Psicológica y Pedagógica de Moscú.
“Según Freud, el ser humano perdió todos los instintos, incluido el sexual, y debe constantemente reinventar su sexualidad agonizando”, cree el experto.
Tsapkin afirma que Freud es “un emancipador, filósofo liberal e ideólogo de la revolución sexual” cuyas ideas han quedado obsoletas en la sociedad moderna.
Pero las revoluciones sexuales del siglo XX que desataron los deseos reprimidos no lograron liberar a la sociedad de los trastornos neuróticos, pese a las previsiones de Freud.
Además, según varios psicólogos, la obsesión por la sexualidad y deseo de corresponder a las glamurosas imagenes emancipadas provoca nuevos trastornos neuróticos.
La psicóloga Olga Majóvskaya caracteriza como “neurosis glamurosa” el estado psicológico de las mujeres que se preocupan por no corresponder con los respectivos ideales.
Caos ardiente de deseos
Freud no inventó el inconsciente. Leibniz y Schopenhauer fueron los primeros que se aproximaron a este concepto. Pero Freud fue el que oprimió el gatillo y abrió fuego con su subconsciencia contra los valores familiares patriarcales, aunque el propio psicoanalista fue un marido ejemplar y padre de seis hijos.
Freud no fue el único que criticaba la moral tradicional. Le apoyaba Friedrich Nietzsche, otro orador elocuente, autor de la famosa sentencia: “La cultura es sólo una fina piel de manzana sobre un ardiente caos”.
Ambos filósofos creían que el alma humana contenía un abismo de deseos reprimidos con los que la mente casi no puede luchar y legalizaron la clandestinidad psicológica.
Pero la contribución de los nihilistas en la consciencia colectiva siempre es negativa. Y ¿qué se puede decir sobre su influencia positiva? ¿Cómo tranquilizó Freud a sus pacientes desorientados y asustados por una mezcla de deseos descubiertos inesperadamente en su alma?
Según Leóntiev, el descubrimiento positivo de Freud es la “psicodinámica, un sistema de regularidades que demuestra cómo los impulsos irracionales o instintos profundos del ser humano dan origen a las acciones”.
“Freud descubrió que los síntomas neuróticos tienen sentido”, explica Viacheslav Tsapkin. “Se dio cuenta de que durante su diálogo con un paciente el terapeuta debe crear una atmósfera especial en la que el síntoma se manifeste”.
Por otro lado, un tratamiento sintomático no siempre cura. Es decir, si un trastorno neurótico deja de manifestarse, esto no quiere decir que el enferno se ha recuperado. “El psicoanálisis es un viaje a una tierra incógnita”, destaca Dmitri Leóntiev. “El psicoanálisis es una investigación detectiva que puede equivocarse”, añadió el experto subrayando que no existen criterios unívocos de la eficacia de la ayuda psicológica.
Al otro lado de la ciencia
Tsapkin admite que algunas teorías de Freud están fuera de los ámbitos de la ciencia. Según el profesor de la Universidad de Yale, EEUU, Paul Bloom, las percepciones de Freud son vagas en principio, por lo que es imposible verificar sus ideas con métodos científicos dignos de crédito
Al presentar su obra de 1900 “La interpretación de sueños”, Freud es más poeta que científico. Por ejemplo, soñar con un lobo blanco, según Freud, quiere decir que el paciente cuando era niño vio a sus padres realizando el acto sexual o vestidos de ropa interior. Parece que su fantasía no tiene límites.
Pero ¿no se convierte este juego de asociaciones en una manipulación de la conciencia humana y una imposición de los impulsos? Este planteamiento sigue abierto.
Lo más importante es que Freud se hizo científico después de realizar las prácticas en pacientes reales. De inicio, Freud perseguía objetivos prácticos de prestar ayuda psicológica a las personas con trastornos neuróticos.
Pero cuando Freud se declaró teórico surgió la cuestión si es apropiado analizar las leyes de la conciencia sana partiendo de los síntomas de un neurótico.
Aunque Freud lo admitía, esta cuestión también sigue abierta porque las personas sin trastornos psicológicos no solían consultar con Freud.
Entonces, ¿es posible considerar que el complejo de Edipo sea un fenómeno que aparece en el desarrollo de todos los seres humanos?
Freud es, ante todo, filósofo, escritor y orador. Sus teorías científicas son un campo fértil pero minado. Recordemos en este contexto una comedia de Alan Parker “El camino a Wellville” en la que un grupo de personas se dirige a la clínica innovadora de Dr. Kellogg porque creen en sus teorías extravagantes. Al fin y al cabo, sus neurosis se agravaron y el estado de salud se empeoró.
Según observaciones de la Asociación de psicoanalistas estadounidenses, aunque la psicoanálisis predomina en la mayoría de ciencias humanitarias, las facultades de psicología suelen considerar a las teorías de Freud como un artefacto histórico.