CUANDO BLANCA IBÁÑEZ ERA LA MÁXIMA REINA PARA LOS OBISPOS Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SE LE GUINDABAN HORRIBLEMENTE
Fuente: Ensartaos

CUANDO LA JUSTICIA ESTABA EN MANOS DE LAS TRIBUS JUDICIALES, AH, ENTONCES QUÉ BELLO ERA TODO…

Ibáñez, Blanca: Secretaria de medio pelo (aunque abombado), de familia muy humilde. De figura y trato agradable, por donde pasaba dejaba una cierta estela de serena placidez en los machos.
Había sido secretaria en el Ministerio de Justicia, pero en 1968 fue trasladada como funcionaria de escritorio al Congreso de la República, donde merodeaba todo un club plagado de políticos de partido dedicado al alcohol, a la juerga en hoteles de lujo y al dispendio más fabuloso. Fue secretaria de la Comisión de Comunicaciones que entonces presidía el diputado Nerio Neri, pero como tenía una ortografía horrible, fue despedida. No obstante su figura había dejado trastocado a ciertos diputados, y como ocurrió con el Rey godo don Rodrigo, algunos no pudieron olvidarse de sus muy bien torneadas piernas cuando en bellas minifaldas las mostraba un poco más arriba de la rodilla. De modo que aquello de la mala ortografía, en tan exquisita reina, no era óbice alguno para no conseguir trabajo. Llovieron críticas contra el señor Neri había cometido un “crimen tan grande”. Don Jaime Lusinchi era entonces presidente de la sección parlamentaria de su partido, y la cabeza más visible para caer en los brazos solidarios de una mujer divorciada, y a la que la vida de un momento a otro podía sonreírle de manera pavorosamente afortunada.

Ibáñez, Blanca: Miles de acusaciones por robos, desfalcos y abusos de poder: entre los que se pueden mencionar: cartas de recomendación para la obtención de dólares preferenciales en Recadi; la firma de contratos con el Centro Simón Bolívar; relación comercial y política con Luis Guevara y Alfonso Riverol; cuentas bajo firmas aparentemente fantasmas en el North Ridge Bank de Miami y las denunciadas por Ana Teresa Arismendi Melchert por las que poseía en el Federal Reserve Bank de Mónaco y en el Irving Trust International Bank de Bahamas; adjudicación de apartamentos en el Complejo Juan Pablo II; polémica en torno a su nacionalidad y su título de bachiller. También se cuestionaron sus declaraciones juradas de bienes, los caballos de paso, sus relaciones con el Instituto Nacional de Hipódromos y el uso irreverente de uniformes militares. El 7 de junio de 1989 dijo en el Congreso de la República: «siempre he cubrido todos mis gastos… Los ingresos míos son los que he tenido de mis cosas particulares».

Ibáñez, Blanca: Autora de la obra Crónicas De La Persecución, en la que aparecen fotocopias de las siguientes órdenes de pago: entregadas al obispo de San Cristóbal, monseñor Ramírez Roa, quien en muchas oportunidades salió fotografiado con la Secretaria privada del presidente recibiendo cheques con donaciones a su diócesis; la Arquidiócesis de Valencia recibió el 8-12-87 un cheque por un millón de bolívares y el 15-12-88 otro millón de bolívares. La arquidiócesis de La Guaira recibió un cheque el 14-12-88 por cinco millones de bolívares y otro millón el 23-11-88 y otro millón el 1-12-88. La Diócesis de Barcelona obtuvo un millón de bolívares mediante un cheque que llevó fecha del 23-11-88. La Diócesis de San Felipe consiguió de la Secretaria privada el 26-7-88, un millón de bolívares. A la Arquidiócesis de Ciudad Bolívar, doña Blanca la gratificó el 6-3-87 con setecientos cincuenta mil bolívares. La de Barquisimeto obtuvo el 1-11-88 un millón doscientos cincuenta mil bolívares. La de Barinas no fue menos afortunada y logró dos millones. La Conferencia Episcopal de entonces consiguió de esta pecadora el 1-7-88, la cifra de un millón cuarenta y cuatro mil bolívares. La Arquidiócesis de Caracas no quiso quedarse atrás y reclamó su parte de la Ibáñez, la que el 23-11-88 le entregó un millón quinientos mil bolívares. La de Maracaibo con uno de sus obispos más moralistas, monseñor Roa Pérez, no pudo con la tentación y también le imploró a doña Ibáñez algún dinerito para obras pías, y ésta le gratificó con un millón de bolívares. Téngase en cuenta de que don monseñor Roa Pérezfue uno de los que analizó por la prensa el divorcio del presidente.

Ibáñez, Blanca: Vestida de militar, pasó revista a las operaciones en Maracay, durante las inundaciones del río Limón. Recibió altos honores militares. Secretaria con muy mala ortografía pero de buena presencia que sedujo a Jaime Lusinchi cuando era diputado.

El año y tantos meses que Nerio Neri paso en la cárcel, y que aceleró su muerte, muchos (empezando por el propio Nerio Neri), la vinculan con venganzas de Blanca Ibáñez por heberle despedido del Congreso.

Editorial Pomaire, 1993, Venezuela.

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