PASAPORTE DE EEUU POR MORIR EN IRAK O EN EEUU
Fuente: The Voice of Russia
En EEUU, en una base militar en Texas, el mayor Hassan, reclutado por terroristas de Al Qaeda, asesinó a 13 personas, entre ellas, a dos oriundos de América Latina. Igor Kudrin escribe sobre los latinoamericanos que ligaron su vida al ejército de EEUU.
Víctimas de la tragedia fueron el mayor Librado Eduardo Karaveo, a quien los padres trajeron a EEUU desde México siendo aún un niño, y la soldado raso Francesca Velez, hija de un colombiano y de una portorriqueña. Francesca acababa de retornar, después de duras pruebas, de Irak y esperaba un hijo. El mayor Caraveo, por el contrario, se aprestaba para esas implacables jornadas en las costas del Golfo Pérsico. Pero, el destino les tenía deparado algo distinto.
Así, en la patria, distan sus padres de ser los primeros en llorar por los suyos que, habiendo vestido el uniforma militar de EEUU, perecían fuera, allí donde tanto se empeñaron en llegar. Entre los 114 mil extranjeros reclutados en las FFAA de EEUU, mas del 12% son “hispanos”, como bautizaron en Washington a los oriundos de América Latina. El futuro de ellos no es envidiable.
La estadía en el ejército da a los inmigrantes sus ventajas. Si hoy día, cientos de sus compatriotas indocumentados son perseguidos por la policía y repatriados a la fuerza, para los que desean alistarse en el ejército la suerte es mas generosa. Pues, les enseñan el inglés y una profesión y reciben emolumentos respetables. Pero, la espera de la ciudadanía es condecoración principal para los afuerinos.
Desgraciadamente, muchos la reciben “en el otro mundo”. Todo inquilino de la Casa Blanca, es ya tradicional que subraye invariablemente el aporte de los latinoamericanos en las luchas armadas que ha librado y libra el país en distintos lugares del mundo. Desde la guerra de la independencia, a fines del siglo XVIII, hasta los combates contra el fascismo. El reclutamiento de hoy de extranjeros para los “puntos candentes” es acompañado por las lágrimas de los parientes que, a menudo ven materializados sus oscuros presentimientos.
No es casual que el popular nombre en sus días entre los españoles de la organización “el Dream Act”, que los ganaba con dinero para el campo de batalla, durante los hechos en Irak se convirtiera en símbolo de reposo eterno. Y solo la posibilidad de convertirse en nuevos ciudadanos de EEUU, y el 80% de los que pasaron las pruebas de la guerra mereció ya ese “honor”, induce a los inmigrantes a correr el riesgo, como en sus días lo hicieran los latinoamericanos, el mayor Caraveo y la soldado raso Francesca Velez, masacrados en una base en Texas. Hasta pronto amigos. Para ustedes habló Igor Kudrin.