El encarecimiento del petróleo puede paralizar la aviación civil
Por: Oleg Mitiaev
RIA Novosti.
Para el mercado internacional del transporte aéreo civil, el año 2001 fue uno de los peores momentos porque el atentado terrorista en Nueva York ocasionó a las aerolíneas del mundo pérdidas récord por un monto de 13.000 millones de dólares.
A partir de esa tragedia, y durante los años siguientes, la demanda de transporte aéreo descendió drásticamente. El reforzamiento de las medidas de seguridad en los aeropuertos y aviones paulatinamente restableció la confianza de los consumidores, y poco a poco, el flujo de pasajeros comenzó a incrementarse a escala global.
No obstante, este año, las aerolíneas podrán tener pérdidas superiores a las obtenidas en ese año aciago, y esta vez, por razones netamente económicas.
El continuo encarecimiento del petróleo ha disparado el costo del combustible que consumen los aviones, y esa escalada continua de los precios está afectando sensiblemente la estabilidad del sector.
La última aerolínea en informar de sus problemas económicos fue la compañía nacional austriaca Austrian Airlines. En un comunicado difundido el pasado 10 de junio, ejecutivos afirmaron que para finales de año su contabilidad puede cerrar con pérdidas por un monto de 90 millones de euros, a pesar de que la empresa facturó beneficios por 3,3 millones de euros en 2007.
Y todo se debe a que con el precio del petróleo están ocurriendo cosas muy extrañas. A finales de la primera semana de junio en tan sólo 36 horas, el precio del crudo subió de golpe 16 dólares hasta los 139 dólares el barril.
Tras descartar desproporciones entre la oferta y la demanda, expertos afirman que el mercado del crudo está convulsionado por factores coyunturales y que por lo visto, su precio tiende a estabilizarse en los 135 dólares por barril. No obstante, otros analistas pronostican que muy pronto el crudo llegará a los 150 dólares por barril.
Al respecto, las voces de alarma cada vez son más agudas, la Agencia Internacional de Energía (IEA) admitió que los precios de los hidrocarburos están «desmoronando» la demanda de combustible en muchos segmentos económicos y que esa tendencia es particularmente notable en el sector aeronáutico.
Las aerolíneas en todo el mundo han sido las últimas víctimas de los altos precios del crudo cuya demanda crece de forma continuada en países industriales emergentes como India y China.
La Asociación Internacional de Trasporte Aéreo (IATA) en un informe difundido en su conferencia anual comienzos de mes estableció que si el precio del crudo se mantiene en los 135 dólares por barril, las pérdidas del sector en 2008 podrán ascender a 6.100 millones de dólares, el saldo negativo más alto desde 2003.
Para las empresa de aviación civil, el encarecimiento del crudo en 1 dólar supone pérdidas de al menos 1.600 millones de dólares anuales, y por esa razón, es muy probable que para finales de 2008 las pérdidas globales del mercado mundial de transporte aéreo de pasajeros superen los 13.000 millones de dólares, es decir, lo mismo o más que las pérdidas sufridas en 2001.
Según la IATA, en lo que va de año a consecuencia del alto costo del combustible al menos 24 aerolíneas han reducido el transporte de pasajeros o comenzaron el procedimiento de bancarrota para afrontar las reclamaciones de acreedores.
Es importante constatar que irónicamente 2007 fue un año favorable, porque la mayoría de las aerolíneas comenzaron a recuperarse de la crisis surgida tras el 11-S, y por primera vez en ocho años, el sector obtuvo beneficios por un monto de 5.600 millones de dólares.
Esta recuperación fue el resultado de un enorme trabajo desarrollado por las empresas los últimos seis años en los que se logró elevar la eficacia y rendimiento energético en un 19 %, y reducir en un 18% los gastos no relacionados con la compra de combustible.
No obstante, todos esos logros resultaron estériles porque el precio del petróleo se ha triplicado desde 2006, y en los últimos 12 se encareció el doble. Ante el encarecimiento del queroseno para aviones, las empresas quedaron sin recursos de gestión para afrontar la presente crisis y su último recurso supone el ajuste a la alza de los precios de los pasajes.
Pero se trata de un recurso de efectos limitados por que el encarecimiento de los pasajes reducirá el flujo de pasajeros y la red de vuelos influyendo negativamente en actividad de las empresas.
Los problemas son comunes para las aerolíneas de Europa, América y otras regiones clave como el sudeste asiático. La franco-holandesa Air France-KLM advirtió a finales de mayo que los beneficios se reducirán un tercio a consecuencia del alto costo del combustible.
American Airlines, una las aerolíneas más importantes de EEUU, reveló planes de suspender la explotación de aviones antiguos, suprimir mil puestos de trabajo y reducir los vuelos para afrontar la subida del combustible.
British Airways que el año pasado reportó ganancias récord también planea dejar anclados en tierra a la mayoría de sus aviones, y pronosticó que este año los beneficios pueden ser nulos a consecuencia del alto costo del queroseno.
La situación es similar en otros continentes puesto que la surcoreana Korea Air y la australiana Qantas anunciaron la reducción de muchos de sus vuelos intercontinentales. En general, la totalidad de las aerolíneas del mundo, obligadas a reducir al máximo sus gastos han comenzado a suspender los servicios gratuitos a los pasajeros.
Y a pesar de todo, estas medidas pueden ser insuficientes. Expertos de la IATA califican la actual situación «de extrema», y según sus pronósticos, la presente crisis puede modificar la configuración del mercado mundial de trasporte aéreo, es decir, su consolidación global y para esto es necesaria cambiar radicalmente los mecanismos de regulación del sector aeronáutico a nivel nacional.
La situación de los combustibles también afectó al sector aeronáutico ruso, durante cierto tiempo favorecido porque el costo del petróleo en el mercado interno. En comparación con la mayoría de países el petróleo que consume Rusia es de bajo precio y el año pasado el queroseno para aviones fue probablemente, el más barato del mundo.
Pero el sector de refinado, extremadamente monopolizado en Rusia ante la perspectiva de explotar una veta de oro, desde el año pasado comenzó a ajustar a la alza el precio del combustible de aviación.
Así, desde comienzos de año el queroseno para aviones encareció un 70 % y desde septiembre del año pasado un 100% en comparación de los precios en el mercado mundial.
Ese negocio lucrativo está en poder de unos pocos privilegiados en condiciones de absoluto monopolio porque en la mayoría de los aeropuertos rusos operan proveedores en la forma de empresas con participación de las petroleras y los propietarios del aeropuerto.
A finales de año pasado, esos proveedores cada mes ajustaron al alza el precio del queroseno argumentando altos costos de producción fijados por las refinerías.
De esta forma, tras el último ajuste entre el 10 y el 13 % a comienzos de julio, el precio del queroseno en los aeropuertos rusos quedó entre 36.000 y 37.000 rublos la tonelada (casi 1.000 euros).
Semejante alza encarecerá el precio de los pasajes en los vuelos internos al menos en un 10 %, un factor extremadamente negativo si se tiene en cuenta que actualmente el transporte aéreo en Rusia es accesible apenas para el 10 % de la población. Las posibilidades de un ulterior encarecimiento reducirá a cuotas inadmisibles el potencial de demanda de este servicio.
A comienzos de la primavera boreal, todavía había optimismo de que el aumento de los ingresos de la población estimularía la demanda del trasporte aéreo, pero eso no ocurrió en parte porque esas expectativas se hicieron a partir de datos obtenidos en 2007, cuando el flujo de pasajeros aumentó un 18 %, y los precios del combustible de aviones era el doble de barato.
Por lo visto, el sector del transporte aéreo en Rusia a lo mucho tendrá un crecimiento insignificante en 2008. Es decir, no podrá influir en el incremento del consumo interno y en consecuencia, del crecimiento económico del país.