A PROPÓSITO DE “ESTAR CONSCIENTE”
ALFREDO ABUD

Cuando nos llamamos a “Estar Conscientes” y nos diluimos, es que aún no hemos logrado ese estado de la conciencia que es “Estar Conscientes”. Saber cómo es la conciencia y qué es la conciencia, no nos conduce de una vez a ser conscientes.


Ese estado de la conciencia en uno, no debe manifestarse sólo en el sentido de pertenencia, debe trascender en nuestro ser interno como una especie de información que nos viene en los genes, sólo así no hará falta “Trabajar la Conciencia”. La conciencia, en vigilia, tiene destellos de claridad total, pero el más mínimo descuido nos devuelve a la confusión o a la ausencia de luz.

En circunstancias como éstas y mientras no logremos asir la esencia de las manifestaciones estaremos dormidos.

También pasa que la conciencia es un reflejo de nuestro ser interno, obedece a cómo interpretamos los fenómenos desde nuestros conocimientos; para lo cual debemos unir el conocimiento originario y el conocimiento formal, ese que aprendemos y que forma parte de la instrucción. Pareciera complicada esta abstracción, pero la unidad de ambos conocimientos se da en el espíritu, a través del amor; esta es la clave de la nueva era…COMPARTIR.

Sabemos que los procesos no son inmediatos, requieren de un desarrollo que, por lo general, sólo el tiempo permite. Demoler los valores, ahora antivalores, que por años el capitalismo nos inoculó no es tarea de corto plazo, por eso debemos estar alerta cuando actuamos para saber desde dónde lo hacemos. Cuando actuamos desde la materia, los valores culturales del capitalismo emergen, nos comportamos de manera egoísta, individualista, el ego se sobrepone a nuestra naturaleza humana y no vemos en nuestros semejantes al prójimo, sino a un competidor, a un ser de menor valor.

Todo lo que vaya y atente contra la naturaleza humana podemos definirlo como antivalores, como males producidos y heredados del capitalismo, en cuyas etapas superiores (imperialismo, neoimperialismo) desaparecen las confrontaciones entre clases sociales, para dar paso al exterminio de la humanidad para beneficio del gran capital, para mantener el poder a través de la amenaza, de la muerte.

En la revolución bolivariana ya se han dado algunos pasos en esa dirección y se hace de mayor importancia el establecimiento de mecanismos que reimpulsen y vigoricen la aparición de esa nueva conciencia, la unión de los conocimientos, la estructuración y fundación del nuevo estado; en el que la formación de los nuevos dirigentes comunales, políticos, e institucionales debe ser para el socialismo. Las propuestas están formuladas: ¿quién las asume….quién las auspicia?

ALFREDO ABUD

mayo 26 2008