Piotr Goncharov, RIA Novosti.
El pasado 20 de mayo, Irán declaró que está dispuesta a recibir para consultas al Alto Comisionado de Política Exterior y Seguridad de la Unión Europea (UE) Javier Solana.
En calidad de emisario plenipotenciario, Solana viajará a Teherán con un paquete de propuestas elaboradas por el sexteto, conformado por cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Rusia, Estados Unidos, China, Inglaterra, Francia) más Alemania. Reconocido como el grupo mediador de más influencia, el sexteto está dedicado a buscar soluciones a todo el espectro de problemas relacionados con el programa nuclear iraní.
La visita de Solana a Irán supone el restablecimiento del dialogo Irán-Sexteto suspendido hace meses por Teherán, después que por recomendación de los seis mediadores, se aprobara una tercera resolución del CS de la ONU sobre el contencioso nuclear iraní.
En las seis capitales del sexteto hay expectativas a la disposición de Irán de conversar en torno a esas propuestas. Ahora, el asunto depende de la postura que adoptará Teherán.
La última resolución del CS sobre Irán aprobada el pasado 3 de marzo no contempla medidas de fuerza contra el país persa en el caso de que ignore las exigencias planteadas a nombre de la ONU. La resolución tampoco garantiza que todos los países que integran el sexteto solidariamente respalden la postura de Moscú que da preferencia a solucionar este contencioso mediante los recursos diplomáticos.
Un aspecto que es importante destacar es que la resolución de la ONU no refleja la postura de Israel, una de las partes más interesada en solucionar el asunto nuclear iraní.
La problemática nuclear iraní tiene implicaciones para la seguridad de Israel. Y en este caso concreto, los puntos de vista de los mediadores difieren notablemente.
Un ejemplo claro de esa situación, son las recientes declaraciones pronunciadas por Rusia y EEUU al respecto.
Las recientes propuestas formuladas por el ministro ruso de Asuntos Exteriores Serguei Lavrov de que el sexteto debería proporcionar garantías de seguridad a Irán fueron refutadas inmediatamente por EEUU.
«En este momento, nosotros no examinamos las posibilidades de ofrecer garantías de seguridad a Irán. El único que debe proporcionar garantías de seguridad es el propio Irán que continua amenazando con borrar del mapa a Israel», afirmó el presidente estadounidense George. W. Bush.
Durante un discurso ante el parlamento israelí (Kneset), Bush prometió a Israel «una unión indestructible», defender a su población del terrorismo y acusó al presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad de confinar a todo Oriente Medio a la edad medieval.
«Si permitimos a Irán desarrollar armas nucleares estaremos traicionando de forma imperdonable a nuestras generaciones futuras», afirmó el presidente estadounidense. En otras palabras, el actual inquilino de la Casa Blanca prometió apoyar a Israel para impedir por «todos los medios» que Irán desarrolle armas nucleares.
Porque «todos los medios» son los recursos que refiere el primer ministro de Israel Ehud Olmert. Las palabras de Bush, en el Kneset suponen para Olmert el apoyo que tanto necesita para sustentar ante la comunidad internacional la postura de su país en relación a Irán.
Y no sólo por parte de Bush, sino también por parte de uno de los candidatos a la presidencia de EEUU como el político demócrata Barack Obama.
Obama comparte la «diplomacia directa y fuerte» para presionar «a países como Irán» en asuntos cruciales como «la seguridad del pueblo estadounidense y su fiel aliado Israel».
En este sentido, es difícil precisar que tendrá más impacto para Irán, si la «política de vaquero» del presidente Bush o la diplomacia que desarrollará Obama.
¿Y qué quiere decir, «todos los medios» contra Irán?
Olmert propone que hay que bloquear a Irán del resto del mundo para impedir que el país persa desarrolle su programa nuclear.
Durante un encuentro con una delegación de congresistas estadounidenses encabezada por la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, Olmert dio a entender que Israel considera que las sanciones económicas impuestas contra Irán ya agotaron sus posibilidades y exhortó a los norteamericanos a adoptar medidas «mas enérgicas».
En particular, Olmert se manifestó a favor de un bloqueo marítimo a Irán utilizando al Armada de EEUU que limite las posibilidades de la flota mercante iraní. El primer ministro israelí también propuso imponer restricciones a los vuelos de las aerolíneas iraníes y prohibición de visados para comerciantes influyentes, políticos y funcionarios de alto rango iraníes.
La prensa internacional comentó muy poco la reacción de los norteamericanos a las propuestas de Olmert, no obstante, Pelosi indicó que el objetivo de su vista a Israel tenía relación con los planes de EEUU de preparar una serie de medidas adicionales encaminadas a impedir que Irán adquiera el estatuto de país nuclear.
Si se tiene en cuenta que Pelosi no pertenece al equipo de Bush, sus declaraciones fueron un bálsamo muy reconfortante para Olmert.
En la mayoría de las ocasiones, la Administración estadounidense expresa que prefiere la presión diplomática y económica contra Irán, pero que tampoco excluye del todo la posibilidad de una salida militar al problema.
Por su parte, Teherán subestima las posibilidades bélicas de EEUU al considerar que el Ejército estadounidense se encuentra atascado en Irak. De forma inequívoca, la dirección castrense de EEUU afirma que el Pentágono cuenta con los recursos suficientes para emprender una operación armada contra Irán.
Todavía nadie sabe cuál será el desenlace del contencioso nuclear iraní. Todo dependerá de la firmeza que adopte Moscú y de la habilidad del canciller Lavrov para ayudar a Irán a solventar situaciones engorrosas.
Queda por esperar el resultado de la visita de Solana a Teherán.
El sexteto cuenta con que sus nuevas podrán disuadir a Irán por lo menos a suspender su programa para enriquecer uranio y regresar a la mesa de las negociaciones.
Por el momento, Irán ha dicho que ha preparado un paquete de propuestas en las que expone su visión a problemas regionales y mundiales cruciales, entre ellos, su programa nuclear. Por lo visto, la visita de Solana a Teherán será muy complicada.
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