Venezuela asegura un óptimo futuro
Nosotros si avanzamos
Luis Alberto Matos
“Una América Latina industrializada dejaría atrás su subdesarrollo”
Juan Domingo Perón
Tras décadas de dominio y supremacía, apoyado por fanáticos defensores de su “infalibilidad”, sus primeras derrotas parecen demostrarnos que el neoliberalismo no es la mejor vía para el sustento, ni el sistema a elegir hacia el desarrollo.
En Estados Unidos de Norteamérica, miles de deudores hipotecarios, con incrementos impagables en sus cuotas mensuales, enfrentan un durísimo presente y un futuro más que incierto. Y es que la economía es un sólo ente, con repercusiones en todo su amplio espectro.
La banca recibe menos ingresos, los créditos no responden a las expectativas, se incrementa el desempleo y hasta las ventas de automóviles, en el país de mayor consumo de gasolina por habitante, descendieron al nivel del siglo pasado.
Este tipo de crisis, en cualquier país del mundo, amerita la acción inmediata de su Banco Central. En USA es distinto. Allá interviene el Federal Reserve System, con responsabilidades similares: conducir la política monetaria, mantener la estabilidad del sistema financiero, supervisar las instituciones bancarias y prestar tales servicios a los organismos del Estado ¡con una gran diferencia!
Los Bancos Centrales son entidades públicas, pertenecientes al pueblo de su país, con directivos nombrados por su Gobierno. El Federal Reserve System es un consorcio privado, cuya Junta de Gobernadores proviene del sector bancario.
Lógica consecuencia, sus decisiones siempre estarán en línea con el sector privado y los procedimientos del sistema neoliberal. Esto incluye la delegación del manejo de alzas y bajas al propio mercado: ese ser supremo, adorado por fieles creyentes. No intervinieron y la crisis se incrementó a pesar de la magnitud de los inmensos recursos de tal economía.
Nosotros no podemos seguir tal ruta. Como claramente lo estableció el estadista argentino Arturo Umberto Illía: “Ningún país puede pensar en desarrollarse sobre bases coloniales”. Es necesario recurrir a esquemas diferentes, basados en nuestra propia realidad.
Incluso uno de los Gobernadores del Federal Reserve System, Randall Kroszner, en relación a la crisis actual, declaró la semana pasada que “La turbulencia financiera ha sido evidente en Latinoamérica, pero no tan fuerte como en Estados Unidos y en Europa”.
Me hizo recordar al Presidente Chávez, cuando afirmó en el Foro Social Mundial de 2005: “Es posible que en el Norte algunos no se den cuenta, pero el futuro del Norte depende del Sur”. Y es que, insisto, ellos se han desarrollado en base a nuestro sustento.
Debemos entonces mirar hacia nosotros mismos. Y tenemos un excelente panorama, muy propicio para el desarrollo. Comencemos por analizar las cifras del Informe de Gestión y Resultados de PDVSA 2007: más de 4.000 millones de dólares de ganancias en el año y patrimonio duplicado en menos de una década.
Las inversiones extranjeras continúan, hasta desde la lejana India. La nacionalización de las empresas del cemento incrementarán la construcción: tradicional primer generador de empleos. Y el dólar paralelo, hace poco en cinco bolívares, no consigue compradores a 3,60
Pero no subiremos aislados. La revolución debe ser integral y complementaria. Las naciones que conformamos el ALBA nos asociamos para desarrollarnos en telecomunicaciones, energía, alimentos, medicina, cultura y educación.
Víctor Hugo nos legó un gran reto: “El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad.”
Llegado ese momento, quizás entonces recordemos que Jorge Luis Borges nos advirtió que “Con el tiempo te das cuenta que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante” y es que hoy es un gran día porque estamos construyendo el futuro de Venezuela y el de la Patria Grande que soñó el Libertador Simón Bolívar.
jaquematos@cantv.net